Origen:
Sin duda uno de los Perros Gigantes más nobles es el
San Bernardo, este hermoso animal es originario de los Alpes suizos, según la
leyenda en el año 1050 Bernardo de Menthon fundó un hospicio para viajeros y
peregrinos en la montaña del Gran Monte St, Bernhard a 2,469 metros sobre el
nivel del mar. Sin embargo las primeras referencias escritas de estos bellos
ejemplares datan de finales del siglo XVII, se conocen varias versiones sobre
su origen una dice que descienden de los molosos romanos (eran grandes perros
que usaban las legiones romanas, para distintas tareas incluyendo el combate; y
la otra versión dice que descienden de los grandes perros que empleaban los
señores feudales suizos en la edad media, también se les ha relacionado con los
grandes perros asirios que eran utilizados para la caza y el combate.
Se cree que por donaciones llegaron hasta el hospicio
para guardia y vigilancia, preservaron la pureza de su raza, hasta 1830 cuando
según Heinrich Shumacher, pretendieron mejorar la resistencia al frío de sus
perros y tras cruces con otros molosos quedó como resultado el San Bernardo de
pelo largo, sin embargo su pelaje acumulaba hielo y escarcha lo que los hacía
más pesados. Posteriormente los utilizaban los guía para encaminar grupos personas
que deseaban cruzar los fríos caminos del monte; y a veces habían personas que decidían
cruzar solos, viéndose atrapados por avalanchas, incluso los mismos guías
pasaron por estas calamidades; y los San Bernardo resultaban ser insustituibles
por su gran olfato, eran capaces de localizar a una persona enterrada varios
metros bajo la nieve; y con su gran tamaño y fuerza lograban abrirse paso entre
la nieve para rescatar a las personas.
También eran capaces de escuchar los gritos de ayuda
de las personas a grandes distancias, llamando la atención de los monjes o
incluso acudían al rescate ellos solos; aproximadamente en dos siglos se
calcula que salvaron de la “Muerte Blanca” a más de dos mil personas atrapadas
entre la nieve; y localizando más de doscientos cadáveres, alguno de estos aún
se encuentran en la morgue del monasterio.
El San Bernardo es una mascota ideal para las personas
que tienen grandes terrenos en sus hogares, es extremadamente noble y amigable,
sin presentar problemas para niños pequeños. Sin embargo ese gran tamaño
representa grandes responsabilidades; como su alimentación, el cuidado, ronca
en exceso, su constante babeo, etc.
Características:
- Está clasificado en el grupo 2; perros tipo pinscher y schnauzer y perros tipo montaña y boyeros suizos.
- Su tamaño varía entre 86-70 cm machos y 80-65 cm las hembras.
- La proporción entre la altura de la cruz y la longitud del cuerpo (medida desde la punta del hombro hasta la punta de la nalga) es de 9:10, mientras que de la cabeza es poco mayor que la tercera parte de la altura de la cruz.
- Su color básico es el blanco con manchas marrón-rojizo, existiendo variaciones.
- Su temperamento, es de carácter tranquilo, reposado y jovial, como dijimos tiene una excelente relación con los niños
Barry:
Sin duda es el más famoso de los San Bernardo, (bueno también
podría ser Bethoven), Barry (que significa en bernés “osito”) vivió del año 1800
al 1814, salvó aproximadamente 40 personas, en 1812 un monje se lo llevó a su
casa para que viviera con tranquilidad sus últimos años, posteriormente fue
entregado al Museo de Historia Natural de la Universidad de Berna donde fue
disecado y se encuentra en exhibición al público en el hospicio donde pueden
ver la evolución de la raza.
La Historia del Barril:
Las personas siempre han relacionado a los San
Bernardo con un barrilito de licor en el cuello, pues aunque les cueste creerlo
esto es falso, y tiene su origen en una pintura de la época victoriana de Edwin
Henry Landseer, que en 1831 pintó la obra titulada “Alpine Mastiffs Reanimating
a Distreesed Traveller” (Mastines Alpinos reanimando a un viajero en apuros)
Landseer añadió el barril por el puro hecho de darle otro elemento a la
pintura, y al ser uno de los artistas favoritos de la Reina Victoria I, se
popularizó de gran manera la obra. De lo contrario no hay constancia de hecho
los monjes han negado la historia del barril categóricamente, simplemente
llevaban un collar claveteado por si eran atacados por los lobos. Incluso los
responsables del museo fueron quienes colocaron un barril en el cuello de
Barry, el que estuvo allí hasta 1978 cuando Walter Huber, Director de Historia
Natural de Berna se lo retiró.
Actualmente en el hospicio, continúan recibiendo
viajeros, si eres un visitante nada más pagas alrededor de 40.00 € con cena
incluida, mientras que los peregrinos y montañeses no pagan nada; poseen 27
perras y 6 perros con los que se mantiene el pedigrí. En la actualidad sigue
latente el mito del barril, lo que sí está claro, es que a cualquiera de
nosotros nos encantaría tener a un San Bernardo en nuestro hogar.